miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Qué beneficios aporta?

Cuando nadamos, todo nuestro cuerpo está en constante movimiento. Hombros, brazos, espalda, piernas... cada brazada es un ejercicio físico que fortalece ese músculo y quema su grasa acumulada. Lo primero que percibimos tras unos días practicando la natación "es como nuestros músculos se ponen más duros, a las pocas semanas empezamos a notar como la capacidad física mejora constantemente: subir escaleras o dar una pequeña carrera ya no nos produce el ahogo de antes", añade Javier Solás.

Si nuestra intención es la de perder unos kilos y no somos muy amigos de la actividad física, nadar puede ser una opción excelente. El agua hace que nos olvidemos de nuestro peso, y al situarnos de forma horizontal, mejoramos la circulación sanguínea. El experto confirma que "es la actividad perfecta para perder peso, ya que casi todo el mundo, con unas semanas de práctica, puede hacer un entrenamiento de una hora de duración". La temperatura del agua es, además, otro factor que nos hace sentir más cómodos, ya que si la piscina es climatizada, su calidez nos transmitirá calma y tranquilidad.

Los primeros pasos
Una vez hemos conocido los beneficios que nos va a aportar la natación, es el momento de dar el paso y apuntarse en nuestro centro más cercano. Es en este momento cuando surge la siguiente duda: ¿natación libre o clases con monitor? Si no hemos practicado este deporte con anterioridad, siempre es más aconsejable la segunda opción, tal y como confirma Solás: "es recomendable empezar siempre con un profesor. La natación es muy saludable si se hace bien, pero podemos hacer movimientos o llevar posturas incorrectas que pueden provocarnos dolores con el tiempo".



Ideal también para niños
La natación no sólo es un deporte muy completo para adultos, sino que también es una práctica muy recomendada para los niños. En primer lugar, porque identifican la piscina como un lugar de diversión, y así practican deporte mientras disfrutan con sus compañeros. Además, al desarrollarse en un ambiente cálido y relajante como es el agua tibia, tienen menos problemas para dormir por la noche. La práctica habitual sirve también para incrementar su apetito y mejorar su equilibrio, la coordinación y el conocimiento del espacio.

En lo que se refiere a la mejor edad para iniciarse, el entrenador personal asegura que "si tienen la posibilidad, desde los 18 meses o antes. La natación, enfocada al aprendizaje, desde los cuatro años, y para iniciarse en la competición, los seis o siete años". Por ello, quizás este sea el momento de acercarte con tu hijo a la piscina más cercana y empezar a disfrutar de un deporte sano y completo.